-THE PENSIEVE-

Some secrets need to be kept, some stories should never been told, some reasons shouldn't be understood, they just might turn your blood cold..

CUENTOS EN VERSO PARA NIÑOS PERVERSOS 1:29

En esta ocasión les presentaré algo diferente de uno de mis autores favoritos: Roald Dahl.


Este escritor inglés nació en 1916 y murió en 1990, fue aviador durante la segunda guerra mundial y la mayoría de su obra son historias que contaba a sus hijos.

Es conocido por sus libros para niños como "Matilda", "Charlie y la fábrica de chocolate", entre otros; también escribió cuentos para adultos los cuales son muy interesantes y aterradores en algunos casos aunque menos conocidos.

Para mí este autor significa mucho ya que gracias a él empecé a leer más, a los 9 años lo conocí por su libro "Las brujas", me parece un escritor con mucha imaginación y con una narrativa interesante, sus historias son digeribles, eso sí algo macabras, con un poco de humor negro y con finales sorpresivos.

Algo interesante de él es que varios de sus cuentos para adultos fueron publicados en la revista Playboy y fue guionista de la película de James Bond: You only live twice.

En fin, los dejo con un cuentito corto que se titula "Caperucita roja y el lobo", está dentro de su libro "Cuentos en verso para niños perversos", se trata de historias famosas de cuentos clásicos con algunas modificaciones.

Disfrutenlo, revivan al niño que todos llevamos por dentro:

Caperucita Roja y el lobo

Estando una mañana haciendo el bobo

le entró un hambre espantosa al Señor

Lobo, así que, para echarse algo a la

muela, se fue corriendo a casa de la

Abuela.

<<¿Puedo pasar, Señora?>>, preguntó.

La pobre anciana, al verlo, se asustó

pensando: <<¡Este me come de un

bocado!>>. Y, claro, no se había

equivocado: se convirtió la Abuela en

alimento en menos tiempo del que aquí

te cuento. Lo malo es que era flaca y

tan huesuda que al Lobo no le fue de

gran ayuda: <

hambre aterradora… ¡Tendré que

merendarme otra señora!>>. Y, al no

encontrar ninguna en la nevera, gruño

con impaciencia aquella fiera:

<<¡Esperaré sentado hasta que vuelva

Caperucita Roja de la Selva –que así

llamaban al Bosque la alimaña,

creyéndose en Brasil y no es España–. Y

porque no se viera su fiereza, se

disfrazó de abuela con presteza, se dio

laca en las uñas y en el pelo, se puso

gran falda gris de vuelo, zapatos,

sombrerito, una chaqueta y se sentó en

espera de la nieta. Llegó por fin Caperu

a mediodía y dijo:<<¿Cómo estás,

abuela mía? Por cierto, ¡me impresionan

tus orejas!>>. <

las viejas somos un poco sordas>>.

<<¡Abuelita, qué ojos tan grandes

tienes!>>. <

lentillas nuevas que me ha puesto para

que pueda verte Don Ernesto el

oculista>>, dijo el animal mirándola con

gesto angelical mientras se le ocurría

que la chica iba a saberle mil veces más

rica que el racho precedente. De

repente Caperucita dijo: <<¡Qué

imponente abrigo de piel llevas este

invierno!>>. El Lobo, estupefacto, dijo:

<<¡Un cuerno! O no sabes el cuento o

tú me mientes: ¡Ahora te toca hablar de

mis dientes! ¿Me estás tomando el

pelo…? Oye, mocosa, te comeré ahora

mismo y a otra cosa>>. Pero ella se

sentó es un canapé y se sacó un

revólver del corsé, con calma apuntó

bien a la cabeza y – ¡pam! – allí cayó la

buena pieza

Al poco tiempo vi a Caperucita cruzando

por el Bosque… ¡Pobrecita! ¿Sabéis lo

que llevaba la infeliz? Pues nada menos

que un sobrepelliz que a mí me pareció

de piel de un lobo que estuvo una

mañana haciendo el bobo.

 


2 comentarios:

Francisco Trejo dijo...

Hay un asunto con las fuentes, se mimetizan con el fondo.

"nomás el apunte"

Fleur Maupassant dijo...

jajaja siii ya vi, mm no encuentro la plantilla que tenia antes :S

Bueno, ya la cambié de todas formas :)